RADIO PIEDRA BLANCA 104.5

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ME GUSTA EL AIRE SERRANO Y POR ESO SOY PUNTANO.

Taki ongoy - Víctor Heredia




PROLOGO:

 Quienes suponen que la historia puede ser contada desde una sola posición, desde un solo punto de vista, se equivocan, por eso no pretendo que esta que presento aquí sea la única versión. No lo es, está es la de los vencidos, o por lo menos la de los que aparentemente han sido derrotados, el reverso de la moneda que hasta hoy nos han mostrado los supuestos vencedores; pues habría que preguntarse hasta que punto ha sido vencida una cultura que subyace en nuestra memoria colectiva y pugna tozudamente por perdurar a través de los siglos y lo consigue con la permanencia de sus ritos y creencias ancestrales, con la permanente vigilia de quienes son descendientes directos de los que alguna vez fueron dueños de estos territorios y del continente entero, con la inevitable emoción que nos embarga cuando el sonido de una quena, un erke, un sikus golpea nuestro corazón y nos remite involuntariamente a una zona que nuestra memoria reconoce, dolorida y melancólica, como si ese sonido perteneciera a un bello pasaje de nuestra vida anterior.


Y así debe ser: quizá algunos de nosotros haya sido parte de ese sonido que aleteo en el aire claro de las cumbres andinas cientos de años atrás y también porque no, de aquel español taciturno, valiente y ambicioso que se aventuró hasta estos confines a pesar de sus temores, movido por su sed de riqueza y conquista.


Estamos hechos, pues, de los dos barros: del indio y del español. Lo que deberíamos averiguar de una vez por todas a esta altura, es quienes somos: ¿ los conquistadores o los conquistados? Si estamos en este continente de paso o si formamos parte de él, en definitiva si esta es nuestra casa. Si así fuera, no cabe duda de que nuestra posición es la de los vencidos, ya que hechos como los que aquí narro se han sucedido a lo largo de toda nuestra historia en una interminable repetición de horrores y calamidades sociales, económicas y políticas, que nos hermana inevitablemente con los primeros pobladores de este continente, avasallados desde la conquista.

No trato de ofender a nadie con esta obra: solamente respondo a interrogantes que mi conciencia plantea respecto de mi posición frente al actual estado de las comunidades indias de América.

Quiero saber hasta donde mi sangre puede asumir el compromiso que tengo con mi tierra y mis hermanos frente al dolor de los que, con nuestra ignorancia , inocente en algunos casos , hemos discriminado como si fueran ellos los culpables de su propia desgracia, cuando en realidad son la llama viva de nuestra conciencia, lo poco que queda de nuestra antigua dignidad, de nuestra bella cultura.

No intento hacer aquí anti-hispanismo: únicamente contribuir a conformar un todo agregando la parte que faltaba.

Una abuela india y un abuelo español transitan por mi sangre. Para que naveguen felices quiero darles un curso firme, apoyado en el respeto y el amor por mi propia cultura, tratando de entender por qué festejó todavía fechas que representan la muerte y el aniquilamiento de bellísimas expresiones artísticas que son parte del patrimonio cultural universal, y de sus creadores que fueron justamente mis antepasados.

América vive y yo soy parte de este cuerpo que se niega a festejar cuando en realidad quiere llorar.

Deseo ese respeto. Necesito la autocrítica porque nuestro futuro se erigirá con hombres conocedores de la verdad y fieles a ella.

Si no comprendemos que ya somos libres jamás alcanzaremos la verdadera independencia.



VICTOR HEREDIA

2 comentarios:

  1. Anónimo8:16 a. m.

    muy bueno como todo lo de victor jose

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  2. hoy leí el artículo en la compu de la radio.
    Profundizarlo a fondo es lo ideal, así encontraremos paralelos a ese llamado que a veces la vida nos da el privilegio de oír.
    El llamado de nuestros ancestros,tantas veces
    desoída por estar inmersos en otra cultura que creemos lo normal deba ser, un día lo oímos y entonces sabemos, como dice Heredia,el porque de nuestro cambio.
    Susana

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